ARQUIDIÓCESIS DE BOGOTÁ
ITINERARIO PARA
LA CONSTRUCCIÓN DEL NUEVO PLAN DE EVANGELIZACIÓN
Acogiendo el impulso renovador del Espíritu Santo y bajo su guía, el
Señor Arzobispo, Pastor de esta Iglesia Particular, nos convoca a discernir y a
construir juntos, desde la realidad urbana que vivimos y a la luz de la Palabra
de Dios, un nuevo Plan de Evangelización
para nuestra Iglesia Arquidiocesana de Bogotá, llamada a vivir como una
comunidad de discípulos misioneros en medio de la ciudad-región de Bogotá y su
cultura.
¿POR QUÉ LO VAMOS A HACER?
·
La llamada, el envío la misión continúan
Porque nos reconocemos como Iglesia Particular de Bogotá, convocada
por el Señor Jesucristo y enviada a anunciar y servir al Reino de Dios,
haciendo presencia en el corazón de la ciudad como signo e instrumento de ese
Reino que está ya presente y que viene.
Porque reafirmamos que existimos para evangelizar; que nuestra identidad más profunda y nuestra vocación propia es evangelizar; y que todos los medios maravillosos que tenemos en la Iglesia tienen sentido cuando se ponen al servicio de esa tarea evangelizadora.
Porque reconocemos, en comunión con todos los Obispos en Aparecida, que como Iglesia estamos llamados a repensar profundamente y relanzar con fidelidad y audacia nuestra misión en las nuevas circunstancias latinoamericanas y mundiales; llamados a actuar como discípulos de Jesucristo y misioneros de su Reino, que buscan que «El sea encontrado, seguido, amado, adorado, anunciado comunicado a todos, no obstante todas las dificultades y resistencias».
Porque reafirmamos que existimos para evangelizar; que nuestra identidad más profunda y nuestra vocación propia es evangelizar; y que todos los medios maravillosos que tenemos en la Iglesia tienen sentido cuando se ponen al servicio de esa tarea evangelizadora.
Porque reconocemos, en comunión con todos los Obispos en Aparecida, que como Iglesia estamos llamados a repensar profundamente y relanzar con fidelidad y audacia nuestra misión en las nuevas circunstancias latinoamericanas y mundiales; llamados a actuar como discípulos de Jesucristo y misioneros de su Reino, que buscan que «El sea encontrado, seguido, amado, adorado, anunciado comunicado a todos, no obstante todas las dificultades y resistencias».
Este despertar misionero, propuesto como una Misión Continental,
requiere de nuestras comunidades una conversión personal, animando la condición
misionera que le es propia a todo bautizado, y una conversión pastoral, que
implica pasar de la posición de simples administradores de lo que ya existe a
la de quienes salen constantemente a comunicar, «por desborde de gratitud y de
alegría, el don del encuentro con Jesucristo, fuente de una vida nueva.
Una nueva época está surgiendo
Una nueva época está surgiendo
Porque con toda la humanidad compartimos el comienzo de un nuevo
milenio, que día a día vemos, más que como un cambio de calendario, como el
umbral hacia una nueva época de la sociedad humana, dados los cambios profundos
y complejos que estamos viviendo
Cambio de época que nos exige, a quienes tenemos un mandato misionero, una
Buena Nueva para toda la humanidad, estar a la altura de las circunstancias,
con una presencia y una acción pertinentes y coherentes, fundados en una
lectura y un discernimiento permanentes de nuestra realidad y de sus cambios, y
en una gran capacidad de adaptación, y de creatividad para saber ubicarse en
este contexto e interactuar de manera eficaz y asertiva, personal, comunitaria
e institucionalmente; para saber dejar lo que hay que dejar y saber asumir lo
nuevo, a la luz del Evangelio mismo.
¿PARA QUÉ LO VAMOS A HACER?
Mediante un proceso de
“planeación participativa de la Evangelización”
que vamos a realizar en un año y medio nos dará como resultado, vivida, un Nuevo
Plan de Evangelización.
La planeación tiene una dimensión
educativa y comunicativa, en la que los contenidos y el resultado
son valiosos, pero mucho más el proceso mismo vivido; proceso que no
puede ser entendido como una interrupción en la vida de nuestra Iglesia, sino por
el contrario como un acontecimiento evangelizador.
EN SÍNTESIS, NECESITAMOS...
1. Renovar el amor y compromiso por la misión que el Señor Jesús nos
encomienda al servicio del Reino de la Vida
2. Apertura a la ciudad y su cultura
3. Oración y actitud de discernimiento de la voluntad de Dios en la propia vida y en la comunidad eclesial
4. Aprender a pensar, planear, caminar y construir con otros los procesos evangelizadores
5. Compromiso con el ejercicio de inculturación de la comunión y misión eclesiales en el contexto urbano.
6. Apertura al cambio y voluntad de conversión
7. Humildad
8. Sentido de pertenencia y participación eclesial diocesana
9. Perseverancia y constancia
2. Apertura a la ciudad y su cultura
3. Oración y actitud de discernimiento de la voluntad de Dios en la propia vida y en la comunidad eclesial
4. Aprender a pensar, planear, caminar y construir con otros los procesos evangelizadores
5. Compromiso con el ejercicio de inculturación de la comunión y misión eclesiales en el contexto urbano.
6. Apertura al cambio y voluntad de conversión
7. Humildad
8. Sentido de pertenencia y participación eclesial diocesana
9. Perseverancia y constancia
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